La Campaña Nacional surgió en 2007 como un esfuerzo para articular a más de 300 organizaciones campesinas y de sociedad civil para impulsar la agenda sobre la defensa de los maíces nativos, la soberanía alimentaria y el rescate del campo mexicano. Este proceso de articulación se dio a la par de una transición digital que atravesó sus procesos y estrategias de comunicación.
“La Campaña trabajaba con medios tradicionales de comunicación a partir de notas periodísticas en medios informativos. Sin embargo, conforme fuimos avanzando en el tiempo y se incorporaron estas nuevas tecnologías, poco a poco se fue migrando a esta otra forma de comunicación sin dejar de lado las formas iniciales de comunicación, sensibilización e incidencia”, explicó Víctor Manuel Chima, colaborador del área de comunicación de la Campaña.
La creación de las plataformas digitales permitió a la Campaña Nacional ejercer el derecho a la protesta digital le con el objetivo de posicionar sus causas hacia nuevas audiencias; aumentando así el impacto de su lucha a favor de un modelo de alimentación libre de transgénicos y herbicidas cancerígenos, como el glifosato.
La Campaña Nacional visibilizó los intereses económicos detrás de la importación del herbicida cancerígeno glifosato a través de la campaña #MéxicoSinGlifosato, a través de la cual informó sobre los daños de este herbicida y se invitó a firmar una petición que posteriormente se entregaría a las autoridades.
Apoyada por su estrategia en redes sociales, la Campaña Nacional logró la publicación del Decreto presidencial para la prohibición gradual del glifosato y maíces transgénicos en México.
A diferencia del contexto que marcó la integración de la Campaña Nacional, la organización Estudios Planeteando nació en un momento donde las redes sociales fueron clave para procesos de verificación de información sobre catástrofes sociales, como sucedió durante el sismo del 19 de septiembre de 2017 en Ciudad de México.
Estudios Planteando ha buscado fomentar las habilidades de comunicación digital de activistas socioambientales y divulgadores de la ciencia para aumentar el impacto y alcance de sus luchas en las redes sociales, a través de la construcción de aprendizajes colectivos y alianzas.
“El tipo de narrativas que se presentan en medios tradicionales no están evidenciando las luchas locales en territorio, no están evidenciando que la problemática está en el capitalismo y el colonialismo. La comunicación digital es necesaria para contrarrestar estas narrativas, para evidenciar lo que está pasando, y para dar herramientas para que más personas entiendan lo que está pasando”, consideró Raiza Pila, directora de Estudios Planeteando.
El trabajo de la Campaña Nacional y Estudios Planeteando son ejemplo de cómo la incorporación de la comunicación digital en las causas del medio ambiente permite impulsar transformaciones en políticas públicas, luchar por los derechos humanos y visibilizar causas a otros sectores de la población.
La urgente necesidad de actuar ante la emergencia climática y la creciente amenaza contra nuestra biodiversidad requiere de una herramienta como la protesta digital, la cual debe ser reconocida y garantizada como parte del marco internacional de los derechos humanos.